Dejar tu propia naturaleza, todo lo que eres por
alguien es lo más cerca que puedo decir que es al amor verdadero y pensar en
que todo el mundo debería tener un amor verdadero que dure por lo menos tanto
como su vida es totalmente cierto, creo que uno no puede andar por la vida
lidiando con un amor ordinario, ese en el que cada vez que lo piensas no
sientes amor necesariamente, sino sientes la necesidad imperante de justificar
su existencia hasta autoconvencerte de que es amor y luchar por algo así es
como arreglar un vaso de cristal puesto que sabes que una vez que cada parte
del cristal toco el suelo, encontrar cada pieza y ponerla en el lugar adecuado
es una tarea que no tiene sentido porque nada de lo que hagas hará que el vaso
sea igual. Porque el amor no debe ser difícil de sentirlo.
Pero en cambio un amor que
incluso parezca una tormenta de la que deberías huir porque suena a peligro, es
lo que seguirá porque lo vale, sentir aunque sea un segundo de esa magia vivir una
vida larga sin haberlo sentido en absoluto, aceptando la responsabilidad de mi decisión
como sus consecuencias. Encontrar que alguien logre despertar en ti, la sensación
de estar en el cielo, inolvidable, irremplazable, como si el mundo
desapareciera, el que marca un antes y un después, sabiendo que ese después no lo concibes sin él. Y cuando lo has
encontrado has conocido lo mejor del mundo.
Claudia Chacolla
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