Es interesante pasar por los lugares por donde anduviste y
ver que muchas veces que el lugar no cambia sino quien cambia eres tú, el foco
con el que mirabas las cosas las cosas que pensabas, lo que amabas, aunque como
cualquiera sentimos esa cierta aversión al cambio, este paso es inevitable. Solo
hay que procurar que sea positivo y sino que sirva para tomar impulso, porque
al final no hay nada bueno y malo solo existe aquello que te lleva adelante con
un peso en los hombro o libre.
Y si bien en el transcurso hay cosas que quisiéramos que
duraran para siempre, tal vez lo hacen si luchamos por ello, pero hay que tener
en cuenta que suele suceder que el “siempre”
puede ser solo un segundo, así hay que hacerlo que valga.
Claudia Chacolla
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